No hay nada mas indignante que ver y/o escuchar a un diputado al Congreso de nuestra Nación, hablando de manera pedante de que ellos son príncipes, justificando los privilegios que tienen por pertenecer a la cámara baja.
Da pena y verguenza que nosotros tengamos que seguir votando por gentes que se creen que son mejores personas que los demás, sólo por que ocupan una posición de exención en el Estado Dominicano, y producto de ello tenemos que brindarle mucha pleitesías como si ellos fueran Dios.
“La pobreza más grande de una persona es presumir su ego, alardear su falsa personalidad y creerse superior a los demás”.
Es lamentable que el señor Eugenio Cedeño, diputado por el Partido de gobierno se exprese de esa manera, cuando ellos dicen llamarse el gobierno del cambio. Nostros como ciudadanos, somos los únicos culpables de que personas como este caballero nos representen en el congreso.
Mientras votemos por el solo hecho de que nos den una fundita o un pica pollo, seguiremos sumidos en una pobreza mas que económica, mental; porque no podemos seguir pensando en que los que tienen el poder, son los únicos que tienen derecho a una vida digna.
Señor Cedeño, aquí en República Dominicana no hay príncipes, si usted quiere serlo, sealo en su casa y no piense que por ser congresista puede ser mas grande que todos. A usted igual que a todos los que son diputados y senadores les toca legislar para el bien del pueblo dominicano, y mas aún para los mas desposeídos, no para beneficios personales.
Vamos a legislar con ejemplo de que se quiere lograr una mejor nación, sin vacas sagradas, ni regalías por ser funcionario, director o que tenga un alto rango en alguna institución militar, como expresó.
“La grandeza de las personas no se mide por dinero, fama, estudios ni belleza.
Sino por la lealtad de su corazón y la humildad de su alma”.
SOLO DIOS ES GRANDE
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