Por Emilia Santos Frias
La historia ciencia que estudia acontecimientos y hechos que pertenecen al tiempo pasado, que constituyen el desarrollo de la humanidad desde sus orÃgenes hasta el momento presente, siempre ha permeado el ejercicio del buen Periodismo, que como erudición aporta conocimientos y entretenimiento a la sociedad. Porque nació para contar historias que fortalecen la vida en sociedad, la cultura autóctona de cada nación.
Pero, la historia, aventajada hija de Heródoto: “reserva potencial de conocimiento”, ofrece una fuente interminable de productos periodÃsticos de interés. Con ella, el buen Periodismo va más allá del argumento histórico para llegar a la producción de información, luego de analizar la investigación, para proceder a la divulgación histórica, ejercida a través de la prensa. “Todo periodista es un historiador”, por eso, investiga, explora y describe la historia en su desarrollo y asà hace buen Periodismo; ese que cuenta; expone el por qué de los acontecimientos; la conexión o referencia al contexto histórico, las causas y los antecedentes.
Esto asÃ, porque el Periodismo especializado en historias o de investigación, escenifica el relato de los hechos del pasado, con el objetivo de informar y entretener a las personas. Por eso, es tan atemporal como la música, la arquitectura, en fin, todo tipo de arte…
El dramaturgo Oscar Wilde, solÃa decir que el único deber que tenemos con la historia es rescribirla, pero para ello, la persona periodista debe exhibir vasta sabidurÃa e intuición, cualidades fundamentales en su ejercicio. la Revista Prisma Social, califica a las y los periodistas, como “cronistas de la actualidad e historiadores del presente”, un excelente reconocimiento a una profesión de servicio social.
Como bien explica el conocedor de Periodismo Especializado, de la Universidad Complutense de Madrid, Javier Fernández del Moral, en sus Cuadernos para Periodistas y en Comunicar parar crear valor, la noticia es un bien perecedero que debe tratar hechos relevantes para el lector, por ello, las y los periodistas históricos deben utilizar un estilo propio en el que prime el entretenimiento, manteniendo el rigor propio del Periodismo histórico, como es lenguaje claro; sin tecnicismos y expresiones rebuscadas, esto es, textos entendibles.
Porque, el Periodismo Histórico, al adoptar técnicas literarias pasó a formar parte del Nuevo Periodismo, que potencia la investigación; ir al lugar de los acontecimientos y documentarse al máximo. Este movimiento nació en los años 60 de la mano de los literatos y periodistas Tom Wolfe y Truman Capote, y en el presente ha convertido el reportaje en un pequeño relato, al que incluso, podemos agregar diálogos de ficción, pero siempre siendo objetivos con los hechos.
Este Periodismo especializado permite entonces, la narración de una historia menos acartonada y más entendible, sin “prosa de tecnicismos y florituras ajenas a un público masivo, como recomendaba el historiador Josep Fontana. En él, la documentación es el elemento esencial, y siempre debe contrastarse, independientemente de que se base en juicios cientÃficos o no. Para poder cumplir la función social de informar, formar y entretener a las personas. Es una especialización que goza de estilo propio.
El periodista Alvaro López Franco, asevera que: la Historia y el Periodismo tienen una larga relación…, la primera es una disciplina cientÃfica y el segundo una indagación continua, con el fin de obtener informaciones veraces y transmitirlas a todo público. Aportar testimonios; relatos o crónicas de lo que sucede. Porque el buen Periodismo conoce la historia, antecedentes históricos recientes y antiguos, asà como el desarrollo de la ciencia para poder explicar las investigaciones.
No olvidemos que el Periodismo es el primer filtro en el abordaje de la realidad social, su propósito principal es contar historias, siempre conteste de que “la noticia mejor contada es aquella que revela, a través de la experiencia de una persona, todo lo que hace falta saber”. Nuestro deber, también es conjuntamente con la protección de los derechos fundamentales de las personas, conservar y salvaguardar el material informativo que en el futuro se necesitará para realizar nuevas investigaciones que fortalecerán el bienestar colectivo.
Hasta la próxima entrega.
La autora reside en Santo Domingo
0 Comentarios