Por Emilia Santos Frias
“Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el ocĆ©ano”, dijo el fĆsico y matemĆ”tico inglĆ©s, Isaac Newton.
Esta aseveración nos lleva a analizar, por qué hemos tenido que renovarnos ante una muy mala situación social, y sacar o crear en ella acciones positivas para sobreponernos y continuar nuestro andar, en este viaje llamado vida. Hoy ante la pandemia del COVID-19 y el confinamiento social, la educación virtual, ha sido clave. Mediante ella, obtenemos conocimientos; nos educamos en la escuela virtual, a través del internet.
Esta prĆ”ctica no es nueva; lleva casi cuatro dĆ©cadas de ejecución en el mundo, en el Ć”mbito de la educación superior. Sin embargo, en la RepĆŗblica Dominicana, hace solo unos aƱos, parecĆa una quimera que se implantara. AsĆ lo veĆamos desde las aulas y hasta creĆamos ser demasiado optimistas o ambiciosos, al plantearnos que alcanzara la universalidad de los estudiantes, o que existieran universalidades donde la educación fue casi en su totalidad no presencial ¿SerĆa eso no es posible?
Hoy por los azares del destino o por el COVID-19, el programa estratĆ©gico 14, del Plan Decenal de Educación Superior, 2008-2018: Apoyo y Fortalecimiento la Educación a Distancia y Virtual en la Educación Superior, es real. Este, como todos los temas de este mĆ©todo, fueron parte de la agenda nacional, buscando con ellos, alcanzar “el paĆs que soƱamos los dominicanos”.
“La cultura es la memoria del pueblo, la conciencia colectiva de la continuidad histórica, el modo de pensar y de vivir”.
Esta modalidad, debido al distanciamiento social, es la vĆa mĆ”s idónea para continuar activos en nuestros compromisos laborales; seguir educĆ”ndonos y comunicarnos con el resto del mundo. En la actualidad nuestros hogares son verdaderas salas virtuales, donde, sobre todo en la educación privada, desde la primaria hasta educación superior, la familia adquiere conocimientos. Al tiempo que, se robustece el plan de educación moderna, a distancia y se expande el conocimiento. AdemĆ”s, en el Ć”mbito laboral, obtenemos ingresos mediante nuestros empleos, trabajando en virtualidad, cuando es necesario, o renovĆ”ndonos y emprendiendo negocios, a travĆ©s de las plataformas que nos brinda el Internet.
Mi sugerencia es que, nos demos el chance de aprovechar las ventajas de la educación virtual, para fortalecer el pensamiento crĆtico, las destrezas de investigación y el anĆ”lisis de información. RelacionĆ©mosno y participemos en foros, chat…, donde se analice temas que aporten a nuestras metas profesionales y personales. Tenemos el mundo y las distintas culturas, a la distancia de un clic. Desarrollemos nuestras habilidades sociales, y obtengamos sabidurĆa!
Nosotros los pertenecientes a la Generaciones X, y Millennials (1965-1980), docentes o estudiantes, hemos tenido que reinventarnos en este sano distanciamiento, debido al COVID. Lo hemos hecho, haciendo uso de las TecnologĆas de la Información y la Comunicación (TIC), para poder entender, interactuar, socializar, cooperar y trabajar con las personas pertenecientes a las generaciones Z y T (nacidos despuĆ©s de 1994). No ha sido fĆ”cil, pero por todos los aprendizajes obtenidos, vale el esfuerzo realizado.
La educación virtual ha sido el oasis que durante esta pandemia ha permitido la socialización entre generaciones distintas, que juntas han coadyuvado para alcanzar conocimientos que permitan crear alternativas oportunas, para el bienestar social de la población mundial, sobre todo hoy, que nos encontramos ante esta crisis humanitaria. No olvidemos que: “La cultura es un adorno en la prosperidad y un refugio en la adversidad”.
La autora reside en Santo Domingo, Rep. Dom.
Es educadora, periodista, abogada y locutora.
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