Hoy DĆa Nacional del Chófer pido prudencia y garantĆa de vida humana
Por Emilia Santos FrĆas
Hoy quiero hacer un reconocimiento a las y los chóferes prudentes de la RepĆŗblica Dominicana. Este 15 de noviembre, celebramos su dĆa, pero mi loa, es sólo para aquellas y aquellos que conducen a favor de la vida!. Mi repudio a las conductoras temerarias y a los conductores temerarios, faltos de normas de urbanidad y cortesĆa, capaces de apagar vidas.
Es penoso recordarle un dĆa como hoy, que significa jĆŗbilo para el chófer que la vida humana no debe ser violentada, tal como dice el ArtĆculo 1382 del Código Civil de la RepĆŗblica Dominicana: cualquier hecho del hombre y de la mujer, que cause a otra persona un daƱo, obliga a aquĆ©l por cuya culpa sucedió a repararlo. Sin embargo, la vida no se repara, luego que se apaga.
En la misma forma, los ArtĆculos 1383 y 1384 el Código Penal Dominicano, expresan, que cada cual es responsable del perjuicio que ha causado, no solamente por un hecho suyo, sino tambiĆ©n, por su negligencia o su imprudencia, ademĆ”s del que cause la persona de quien se debe responder o las cosas que estĆ”n bajo nuestro cuidado.
¡CuĆ”nta negligencia e imprudencia comete el chófer dominicano!,. Cada dĆa en mi paĆs, antes de conducir, primero hay que encomendarse a Dios. ¡CuĆ”nta violencia e inobservancia de las normas aflora en la conductora y el conductor dominicana, mientras guĆa su vehĆculo, no importa la hora, el dĆa o la noche!. Los correctivos, siguen siendo dĆ©biles.
De acuerdo con la doctrina, un chófer es la persona en y con capacidad para conducir un vehĆculo que transporta gente y mercancĆa, apegado a normas de cortesĆa y seguridad que garanticen la vida de quienes abordar el vehĆculo. La Ley 241, de TrĆ”nsito de VehĆculo de Motor, seƱala en sus ArtĆculos 29 y 186, que sólo las personas autorizadas y capacitadas, pueden conducir en las vĆas pĆŗblicas. Lo que ocurre en la realidad es cuestionable.
La prisa y torpeza estĆ” robando vida.
Sólo en asistencia a accidentados de trĆ”nsito se gasta anualmente el 2.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de nuestro paĆs. AsĆ lo confirmó el Estudio realizado recientemente, por el Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS). Esa misma investigación arrojo como resultado, que el problema de la seguridad vial de nuestro paĆs es enorme, pues “ el sector presenta ademĆ”s de graves problemas, un incremento en el parque vehicular, carencia en las medidas de prevención, el enorme parque de motocicletas, que tiene una alta incidencia en los accidentes y la falta de respeto a las normas viales”. Dicho esto, sĆ”lvese quien pueda!.
De acuerdo a declaraciones recientes del director de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET), general Juan Gerónimo Brown Pérez, al año mil 500 personas mueren y unas tres mil son lesionadas por accidente de trÔnsito, A muchas de ellas le son amputadas parte del cuerpo, pasando a ser personas con discapacidad.
En la misma forma, Jorge Rueda, citando la Organización Mundial de la Salud (OMS), cataloga los accidentes de trĆ”nsito como “una epidemia difĆcil de controlar por la secuela que dejan en millones de familia en todo el mundo, lo que le convierte en un problema de salud pĆŗblica que s ele salió de la mano a los gobiernos, autoridades y ciudadanos y no parece haber salida”. OMS sitĆŗa las muertes por accidente de trĆ”nsito en un octavo lugar a nivel mundial.
Mientras que, la Oficina Nacional de EstadĆsticas (ONE), destaca en su Estudio de julio de 2013, afirma que el 33.86 por ciento de las muertes en RepĆŗblica Dominicana son por accidentes de trĆ”nsito, y concluye diciendo que hay alto Ćndice de intolerancia y violencia en el paĆs que se evidencian en la imprudencia al manejar vehĆculos de motor. ¿QuĆ© hacemos, como aportamos a eliminar esta problemĆ”tica?
En consecuencia, los accidentes de trĆ”nsito dejan secuelas en quienes sobre viven, por pequeƱo que este haya sido, a veces le impide a las personas relacionarse y continuar su vida normal. A decir de la psicóloga MarĆa Isoba “siempre aparecerĆ” en los protagonistas, el temor a que vuelva a suceder”.
La verdad adolecemos de tanto, se nos hace tan difĆcil practicar hasta el amor hacia los demĆ”s; las carencias educativas fluyen y son exhibidas como trofeos, mientras con esa conducta sólo eliminamos el mĆ”s preciado de los dones: la vida; una vida que debe ser vivida en salud fĆsica, mental, emocional y social. Animemos hoy DĆa Nacional del Chofer, cambiemos esa conducta, conduce con prudencia. Hagamos una mejor sociedad, para vivirla garantizando derechos.
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